jueves, 28 de abril de 2016

A propósito de Por un partido más Comunista… por un socialismo de Caliban…*

Por Alejandro Gumá
Pues, sí, interesante y agudo texto, aunque me quedé con ganas de leer
más, de una reflexión más reposada en la extensión, como las que le
conozco al autor.
Recuerdo un fuerte debate en el Instituto Cubano de
Investigación Cultural (ICIC) Juan Marinello hace algo más de un
año, esta vez sobre la UJC (Unión de Jóvenes Comunistas, en Cuba),
sobre la absorción de su cualidad de movimiento juvenil, por la
estructura organizacional, y el vacío en que esta situación dejaba las
políticas de juventud en el país, y a "todos" los jóvenes, no solo a
sus miembros (digo miembros y no militantes para evitar confusiones y
restituir la dignidad de este último término, que va siendo tan
prostituida en la práctica cotidiana). En aquel momento llegamos a un
consenso (a lo que yo sí llamaría una alternativa) frente a las
antípodas que se presentan como tales y no son más que promiscuos
caminos: "para representar a los jóvenes cubanos, trabajar con ellos,
por ellos y desde ellos, la UJC no debiera abandonar su condición
comunista, (si es que a estas alturas consideramos que aún la detenta
para correr el peligro de abandonarla en algún momento). Por el
contrario: sólo desde el comunismo como proyecto, puede la UJC
regenerar su legitimidad, y un liderazgo convocante para la revolución
de nuestras vidas…"
Algo así pensábamos. Y sucede que hemos de andar
muy alertas contra los falsos abrazos ecuménicos del tipo: "todos
caben". Yo diría que caben los "cabibles", esto es: los que no llevan
en el alma la ponzoña excluyente… Pero caben en calidad de iguales,
y no como premiados por la tolerancia de alguien. Caben para hacer la
obra más grande, porque la hacen todos los días más grande. Y la obra
tiene que ser más permeable a las diarias proezas de sus hijos. Los
"no cabibles", poco importa si tienen la edad a la que cantó Gardel o
la de Úrsula Iguarán… Pero: ¿será fácil y rápido definir personas
que caben y que no? ¿Es cuestión de un grupo? ¿Es posible que sean
definiciones congeladas para siempre, como si lo fueran los seres
humanos?
Me preciso a mí mismo en este tempestuoso comentario y
rectifico en el matiz: lo que en profundidad ha de caber o quedar
fuera son las ideas, más que sus portadores. Aquellos que defiendan
ideas contrarias a las que el pueblo determine como señeras de su
proyecto social, si respetan al pueblo, debieran caber también,
debieran caber. Empero, ni el pueblo es una amalgama dócil y compacta,
ni los orígenes humildes o proletarios constituyen atribuciones
automáticas de un carácter revolucionario. Es necesario seguir
haciéndonos pueblo, palabra que a mi juicio designa una entidad
política, no demográfica. Si nos volvemos parte de esta comprensión,
que la revolución cubana adelantó tanto en los 60, entonces debemos
convenir que antes de militar en el Partido Comunista, la UJC o un
grupo de amigos inconformes, se milita en el pueblo, así entendido.
Sin esa premisa, llana y difícil, seguiremos remando en las aguas
procaces de la ingeniería administrativa.
El pueblo debe ganarse para
sí. Solo militando en el pueblo se puede disputar la posibilidad de
que el socialismo (su idea, su promesa y su práctica) hegemonicen el
campo popular, los sentimientos colectivos, las predisposiciones
volitivas, las imaginaciones, las ganas, los esfuerzos, el sentido de
los sacrificios, las aprehensiones teóricas, las claridades de vida…
Luego, para que la entidad política "pueblo" milite en el Partido,
este último debe militar en el pueblo que lo hizo posible (y que ahora
no es igual al que lo hizo posible), que le dio una revolución para
estar en el poder, y se la dio con las sangres correspondientes, con
los traumas de las realizaciones individuales que no fueron… El
comunismo tiene que ser una fe sin iglesia. No un fetiche para la
adoración, sino un lugar familiar para la creación más ambiciosa, para
la más factible.
Cuando en aquel discurso memorable, Martí habló de "todos", fue, como
en su circunstancia vital, precursor y político; humanista en tanto
partidario radical. Si esperamos que las palabras agoten las
explicaciones, ni la función del lenguaje podríamos llegar a entender.
Al arrostrar exánime, el sol por su lírica anticipado, aquel, magro
solo de cuerpo, nos dijo la fórmula del amor triunfante, como nos dijo
sus costos probables y sus desencadenamientos postreros apetecibles;
nos dijo más que en el discurso memorable…
Hoy pulsean en sordina muchas nociones de "todos". Quienes aún se
refieren a esa idea, no la conjugan nunca en 3ra persona del plural,
sino en 1ra. La lucha se complejiza, complejas y tensadas han de ser
nuestras capacidades para merecer ganar. La revolución no será en lo
adelante de quienes puedan beneficiarse con ella (o ya lo hayan hecho)
-lo demuestra la situación actual de la América Latina- sino de
quienes la asuman efectivamente como el camino, y la siembren, con
vocación de martirio, otra vez, en el alma de todos.
Creo que me extendí un poco en este comentario, pero he escrito sin
darme cuenta.
*Comentario en El Punto:
https://elpuntored.wordpress.com/2016/04/27/por-un-partido-mas-comunistapor-un-socialismo-de-caliban/#comments

Por un partido más Comunista…por un socialismo de Caliban…*

Por: Josué Veloz Serrade
Desgraciadamente, nada hace pensar
que la dolorosa aunque fiera imagen de Caliban
tienda a ser innecesaria, porque se hubiese
desvanecido la temible imagen de Próspero.
Roberto Fernández Retamar



Nuestro presidente habla con frecuencia de un socialismo próspero y
sostenible y muchos tomamos esa expresión como referencia; mucha
prosperidad hace falta en Cuba y sobre todo una prosperidad que sea
duradera y sustentable. Ante la recurrencia de la palabra "próspero",
y su muy extendido uso – indiscriminado uso por cierto, y no casual –
recordaba ese texto grandioso de nuestra cultura que es Caliban
escrito por Fernández Retamar, tomando como punto de referencia la
obra La Tempestad de Shakespeare. Próspero sigue vivo y con los mismos
propósitos, la disyuntiva sigue siendo si tomaremos los caminos
dictados por Próspero o asumiremos el socialismo como la alternativa
cultural que nos liberará de todas las dominaciones a los que seguimos
siendo Caliban.

Hay quien quiere pluripartidismo en Cuba como si nunca lo hubiéramos
tenido…hay quien dice que lo tuvimos pero que del pluripartidismo
salieron también algunos de los gobiernos progresistas – algo
discutible cada vez más, todas las experiencias no fueron iguales,
tienen incontables límites así como no pocos aspectos positivos – de
América Latina en los últimos tiempos…y otros, entre los que me
incluyo, mantenemos la propuesta de un partido único como garantía de
la unidad y de la Revolución. ¿Pero cuál Unidad y cuál Revolución? Si
ambas no son campos en discusión permanente entonces no garantizan la
unión de la mayoría de los cubanos ni las revoluciones permanentes
hacia el Socialismo.

Un partido político revolucionario como el nuestro no tiene que
representar a todos los cubanos, sino que tiene que representar a la
mayoría de los cubanos. No es posible un partido político comunista
que represente a la burguesía y al proletariado a la vez; a riesgo de
parecer lapidario si representa a ambas, entonces deja de serlo. Un
partido comunista no puede dejar de lado su definición clasista porque
intenta representar a todos los individuos de un país. En Cuba, es el
partido del proletariado, pero del proletariado en el poder; no
podemos olvidar aquel día luminoso en que declaramos el Socialismo y
salieron nuestros padres y abuelos a morir por la patria.

Cuando decimos que el partido debe ser más democrático y
participativo, podemos no darnos cuenta de que el Partido Comunista
cubano no tiene que ser ni democrático, ni participativo; tiene que
ser más comunista y más socialista, entonces garantizará las dos cosas
anteriores, no al revés. Lo mismo ocurre con el Socialismo: o es
democrático y participativo o no es socialismo. En el fondo de esas
definiciones está el intento de deslindarse de otras experiencias en
las que algo, a lo que llamaban socialismo, no era ni democrático ni
participativo.

Hay quien olvida que en Cuba los comunistas están en el poder y por
ello critica al Partido, porque quisiera un espacio de varios partidos
con ferias electorales cada cierto tiempo, y hay quien lo critica
porque quiere que sea cada vez más revolucionario. Resulta tan
peligroso creer que de la democracia burguesa vendrá la solución a
nuestros males, como suponer que un socialismo estatista y nostálgico
de mejores épocas señalará el camino necesario. En el centro siempre
difuso de ambas posiciones se juega lo esencial. Si se van a
relacionar el Socialismo y el mercado, entonces tenemos que discutir
qué Socialismo y qué mercado, si vamos a discutir las relaciones entre
el modelo económico cubano y las formas de participación política,
entonces tenemos que ver de qué Economía hablamos y por cuál
concepción política apostamos.

Posterior al Congreso tendremos un proceso de discusión sobre los
destinos de la nación, y el Socialismo por el que optamos un día. El
futuro no se determina en porcientos, es una invención cultural donde
lo imposible se vuelve posible en las verdaderas revoluciones, y estas
son verdaderas si son socialistas. No perdamos la oportunidad de hacer
a nuestro Socialismo, el de Caliban. Si Mella fundó el Instituto
Politécnico Ariel, fundemos nosotros la Universidad de Caliban.

* Publicado en El Punto:
https://elpuntored.wordpress.com/2016/04/27/por-un-partido-mas-comunistapor-un-socialismo-de-caliban/

lunes, 25 de abril de 2016

Ausencias

Por Carlitos

Los logros del gobierno cubano en la arena internacional y en algunos aspectos del ordenamiento institucional y económico son incuestionables, logros que han modificado notablemente nuestro tejido social en los últimos años.

Pero en lo que corresponde directamente al Partido, la vida política del país, son escasos los avances y no pocos los retrocesos. De eso apenas se habló en el Congreso.

¿Alguna discusión a fondo sobre por qué siguen emigrando tantos y tantos jóvenes valiosos?, ¿por qué los jóvenes no quieren ingresar a la UJC y los que ingresan a la UJC no quieren ingresar al Partido?, ¿por qué podría cautivar tanto el discurso de Obama (más allá de lo que pretendía)?

¿Alguna discusión (antes de conceptualizar) de la situación actual, de cómo ve la gente el proceso de cambios y el lugar del Partido en la sociedad? ¿Algún reconocimiento de los problemas que por mucho tiempo aquejan a nuestras estructuras políticas?

¿Alguna discusión nueva y seria sobre el peligroso y visible deterioro de pilares de la Revolución como los servicios de educación y salud?, ¿sobre los vacíos de liderazgo en responsabilidades clave?, ¿sobre el discurso y los métodos anquilosados?, ¿sobre la imposibilidad de seguir avanzando sin mecanismos reales de participación y generación de consenso?, ¿sobre el desamparo y la desarticulación de la izquierda? La lista de las ausencias podría ser más larga.

Raúl llamó a desterrar la falsa unanimidad, pero la mayoría de los delegados habló en un mismo canal. En los debates que se pusieron por televisión no vi representadas las principales preocupaciones de la población. Tampoco vi representadas las preocupaciones de muchísimos militantes y personas sensibilizados con el proyecto de la Revolución (la base social del Partido).

El tiempo pasa y se siguen desaprovechando oportunidades.

Las preguntas ausentes y la cerrazón política le dejan el camino muy cómodo a todos los que quieren (y se proponen) la restauración capitalista en Cuba. Sería un crimen que así ocurriera, en un país que potenció por años la formación y rescate de valores, símbolos e individuos con un sentido de la solidaridad y el amor al prójimo como ningún otro. 

lunes, 18 de abril de 2016

El Congreso y el consenso

Por Carlitos

En el informe central al VII Congreso del Partido Raúl ratificó que Cuba goza de razones para mantener un sistema de partido único, pero que este tenía que ser muy democrático.

Advirtió que la discusión sobre la conceptualización del modelo económico cubano y el plan nacional de desarrollo económico y social hasta 2030 no termina en el Congreso, dado que se someterá al análisis de los militantes del Partido, la UJC y otros sectores de la sociedad.

A tiempo, una rectificación medular en un momento trascendental del país, luego del reclamo respetuoso de muchos militantes (con y sin carnet) por la realización de un Congreso con su elemental proceso de base.

Contrario a lo que dicen muchos funcionarios (que se apropian de las partes convenientes del discurso), la Revolución no ha perdurado por la genialidad de una élite que tiene todas las claves sobre el futuro de la nación.

Una Revolución no cae desde arriba. El mérito de nuestros líderes ha sido precisamente captar los anhelos de la mayoría y saberlos encausar. La clave de la estabilidad y el consenso alrededor del proyecto en el futuro, será no violar este principio.

La historia puede estar más o menos impulsada por las vanguardias, pero la escriben los pueblos. Es la gente la que lucha, la que triunfa, la que sufre, la que quiere, la que intenta, la que omite, la que emigra, la que persevera y en última instancia determina el rumbo de un país. Sin quitar un ápice de responsabilidad a nuestros líderes y nuestra vanguardia, estamos aquí esencialmente por lo que hemos sido como pueblo.

Aunque solo dos documentos se someterán a discusión popular, mientras haya el espacio para la opinión, se escuche y se tenga en cuenta, valdrá la pena. La gente hablará de lo que dicen los documentos y lo que no dicen también, de lo que dicen los delegados y lo que no.

Se podrá reafirmar una vez más que por más méritos que tengan los delegados o los especialistas que trabajaron en estos documentos, no hay nada como la participación popular si lo que se quiere es generar consensos.

Al menos para mí, el Congreso empieza ahora.

jueves, 14 de abril de 2016

VII Congreso o posponer la discusión sobre hegemonía

Por JS

Las cuestiones de la hegemonía se vieron en Cuba muchas veces desde la otredad, como parte de la polarización en dos sistemas que definió buena parte de la segunda mitad del siglo pasado. Cuando no, cuando se intentó dialogar desde un pensamiento crítico, llegó la barredura de los comisarios ideológicos. Esos comisarios que después, para confirmar la regla, convierten al por ellos preterido Gramsci de prohibido en obligatorio.

En los últimos cincuenta años no ha existido una coyuntura en que las cuestiones de la hegemonía estén con tanta claridad sobre la mesa. Al final, todo el reclamo por ampliar el proceso de discusión previo al VII Congreso del partido tiene que ver también – en mi opinión – con la posibilidad de configurar popularmente la agenda del evento. En ese sentido, parece un error que el asunto mencionado no tenga un lugar central en los debates.

¿Se conserva como hegemónico el ideal socialista y comunista en la población cubana, e incluso en los militantes de la UJC y el propio partido? ¿Cuánto terreno ha ganado la apatía política entre la gente, apatía que al final, es otra forma de manifestación política? ¿Qué peso cultural tiene hoy el paradigma socialdemócrata en la sociedad? ¿Existe percepción de cuánta gente dentro de Cuba apostaría abiertamente por un capitalismo que reproduzca y multiplique las desigualdades ya existentes? Estas y otras preguntas, no debían ser pospuestas en un evento de verdaderos comunistas; mucho menos, si su partido está en el poder.

 

 

lunes, 11 de abril de 2016

El Congreso de lo político

Por Carlitos

El VII Congreso del Partido discutirá seis documentos, cinco de ellos sobre la marcha y el futuro de la economía y solo uno sobre el cumplimiento de los acuerdos de la Primera Conferencia. Numéricamente tiene prioridad la economía sobre la política ¿lo merece?

Ciertamente, el futuro del proyecto cubano depende en gran medida de su capacidad para generar riquezas y distribuirlas bien, para garantizar que el trabajo sea la principal fuente de ingresos de las familias cubanas, que reciban más quienes más aporten a la sociedad.

Sin embargo, verticalismo, centralización, insuficientes y formales mecanismos de control popular, debilidad del sistema judicial, excesivas regulaciones, lentitud en la toma de decisiones, cuadros y especialistas no idóneos en puestos clave, desconexión de los cuadros con la realidad, son problemas que afectan el funcionamiento de la economía y pesan sobre la lentitud con que se implementan los Lineamientos. ¿Acaso son cuestiones a abordar por la ciencia económica o deformaciones de nuestras formas de hacer política?

Contrario a lo que algunos esperan, un proyecto como el nuestro no puede ni debe garantizar a todos los cubanos los patrones de consumo del mundo desarrollado. Y por mucho que cambie la coyuntura, por muchos dólares que lleguen producto de las nuevas relaciones con nuestros vecinos, las deformaciones de la economía tienen una larga data. Se pueden corregir con mucha más prisa, pero no existen "soluciones mágicas".

La economía por sí sola no puede lograr mucho. Es necesaria una amplia movilización política: generando consenso y participación alrededor de las trasformaciones en curso, rescatando y ampliando los pilares del sistema social (salud, educación, seguridad), y desarrollando la vida cultural y política de los cubamos como ciudadanos.

Por si fuera poco, estos retos se asumen con muchos intereses en contra: los enemigos históricos (ahora a través de una estrategia muy sutil e inteligente), los capitales extranjeros, los nuevos ricos y los funcionarios corruptos. A todos (menos los últimos) es necesario sumarlos para sacar la economía adelante, pero conscientes de que queremos un modelo diferente de sociedad.

Y para estos retos colosales, ¿con qué contamos? Con una vanguardia desarticulada, vacíos de liderazgo, desmovilización y una pésima y contraproducente propaganda política. Llámesele como quiera, pero en Cuba (donde somos muy dados a los bandazos), le dimos a la economía la importancia que merecía y dejamos de hacer política.

El socialismo tiene aún amplias bases sociales en Cuba, pero el inmovilismo las corroe. Ni el Partido será inmortal ni el socialismo irreversible por decreto.

¿Cómo se puede construir el socialismo sin movilización política? ¿Sólo con las grandes estrategias de gobierno o la intervención de algunos intelectuales, profesionales, militantes que generan aislados nichos de esperanza en sus espacios de actuación? ¿Cómo es posible lograr el llamado "cambio de mentalidad" si nuestras estructuras políticas están copadas por los representantes de la mentalidad que se quiere superar? ¿No son acaso esos temas los que debieran centrar los debates del Congreso, sin dejar a un lado la economía?

Necesitamos un Congreso de lo político, un Congreso que reconozca la parálisis y asuma los errores. Como en otros momentos de nuestra historia, un gran harakiri, lejos de ser el reconocimiento de la derrota, puede ser la clave de la victoria, el secreto para capitalizar el espectacular momento de oportunidades que vivimos.

El tiempo es escaso, pero nunca es tarde si la dicha es buena.

lunes, 4 de abril de 2016

Un debate imprescindible

Por Carlitos

En un artículo de la semana pasada en Cubadebate ("Obama y la economía cubana: entender lo que no se dijo") el Dr. Agustín Lage puso sobre la mesa un tema medular para la Cuba de hoy: el rol de la empresa estatal en el desarrollo económico del país. Quisiera contribuir a ese debate con algunas ideas, como especie de titulares.

Lo primero a resaltar es que, en la historia de la humanidad, ninguna nación (ni desarrollada ni subdesarrollada) ha logrado un impulso importante de su economía sin un papel medular (y diría que determinante) del Estado. Sería simplista suponer que un rol menos activo del gobierno sería la solución a nuestros problemas. Quizás necesitamos más, pero más eficiente.

Hay sectores de la economía que siempre tendrán que estar en manos del Estado. En unos casos (como la infraestructura) porque pocos privados estarán interesados en invertir en ellos.  En otros casos, porque sus beneficios se generan a largo plazo y a muy alto costo y se requiere, por tanto, de entidades (como los gobiernos) capaces de hacer grandes inversiones, para aprovechar las economías de escala.

También, por supuesto, hay bienes y servicios con los que no se puede lucrar. Para los países subdesarrollados, especialmente importante es el control de los principales recursos como una cuestión de soberanía económica, y eso es lo que explica que muchas de las grandes empresas petroleras del mundo emergente sean estatales o semi-estatales.

No obstante, a veces se hace demasiado énfasis en la propiedad de determinadas actividades, cuando la discusión debe centrarse en la gestión. En las grandes empresas capitalistas del mundo, la propiedad y la gestión están separadas. Las sociedades anónimas son empresas que tienen muchísimos dueños y un sinnúmero de ellas funciona de forma eficiente. Entonces el pecado original no está en que la empresa sea estatal (porque tiene muchos dueños), sino en la forma en que se regula y administra.

Y se tiende a confundir propiedad socialista con propiedad estatal. Precisamente la garantía de que la propiedad estatal sea socialista radica en que sea eficiente y sirva a los intereses de sus dueños: la sociedad toda. Se confunde también propiedad estatal como la única forma de propiedad socialista, cuando la propiedad cooperativa (si es real y espontánea) es congruente con los objetivos del sector socialista, con la única diferencia de la complejidad y la escala de las actividades a que se dedican.

Se dice con frecuencia que la empresa estatal ha demostrado ser muy ineficiente. Pero lo cierto es que en las condiciones en que operan las empresas estatales cubanas (dualidad monetaria y cambiaria, excesos de regulaciones y centralización de las decisiones, sumado a las agresivas restricciones externas) es muy difícil que ninguna entidad (ni capitalista, ni socialista, ni estatal, ni privada) sea eficiente.

Esta idea ha ayudado a acrecentar el mito de que el socialismo es un proyecto idealista que se plantea únicamente en términos políticos. Pero Marx y Engels se distanciaron de los socialistas utópicos y se hicieron llamar científicos, precisamente por defender que el socialismo, al utilizar la planificación, podría encausar la producción en función de las necesidades reales de la sociedad (y no en función del interés particular de cada capitalista). Para ellos, el socialismo sería una sociedad superior, primero en términos económicos.

El sector privado puede ayudar a resolver muchos problemas (ya lo está haciendo), pero hay muchos otros que no puede resolver. La única manera de reafirmar una economía (si quiere llamarse socialista) es fortaleciendo la empresa estatal y el sector cooperativo.

El restablecimiento de las relaciones con Estados Unidos abre grandes oportunidades, esencialmente en términos de acceso a mercados, tecnología y financiamientos. Podremos quitarnos las trabas externas. Es ahora o nunca la posibilidad de demostrar que el problema no era el guion, sino la puesta en escena.

Mientras tanto, generar un amplio debate respecto a estos temas es una gran contribución. Se ha prendido una llama, no dejemos que se apague.

viernes, 1 de abril de 2016

Entre fieras


Por JS
Acabo de leer la excelente crónica The Rolling Stones en La Habana, a un disparo de distancia; dice el autor, para regresarnos a la realidad después del encanto: “El reguetón ubicuo –que sale de las casas, de los autos, de los puestos de venta, de las bocinas portátiles, de las almas– nos recuerda que, aunque hermoso, el encanto ha terminado. El concierto de The Rolling Stones fue un espejismo en un desierto en el que rara vez podemos obtener lo que queremos”.
Y es que vivimos entre fieras, por demás paranoicas y glamourosas. Ahora querrán adosar el epíteto a la gente común, a los que luchan día a día, a las mujeres que se agolpan en las TRD para acaparar y revender…
Entre nosotros caminan –y amenazan otras fieras–. Corren sus autos de madrugada por las avenidas, con la licencia de un apellido y una herencia. Desandan las redes y los mares con impunidad, si acaso un regaño o menos visibilidad pública. Se empinan desde sus triunfantes experiencias de empresarios para apuntalar la opción de un tránsito suave al capitalismo. Critican la visita de Obama desde las ramas y reciben con brazos abiertos las buenas y solventes intenciones civilizatorias de los europeos; porque, al parecer, seguimos siendo los atrasados a los que debe ilustrarse. Hablan de Nación y Estado como si fuera un asunto para las almas sublimes; y relanzan la brecha “entre los de aquí y los de fuera”, el cisma al que combaten en discurso pero que resignifican desde el esencialismo del “exiliado”. Redactan editoriales conservadores, que enervan la sangre de los revolucionarios. Se mofan de un blog que reivindica el socialismo como alternativa, pero comentan en los espacios noticiosos de la Televisión Nacional. Confunden argumentos y seriedad en el debate con una inventada “cibermambisada”.
Así, entre cambiantes, “apapachadas” y vergonzantemente radicales desandan las fieritas. En su paranoia se polarizan, se dan las manos y danzan, extendiendo sus pasos de extremo a extremo del salón.  

Paranoica Fierita Suite
Fito Páez
Iba duro pero armado hasta los dientes por la vida
Y no había otra, lo tenía que hacer
Iba solo a puente Alsina y veía policías en los bares
Y en la calle también
Le llevaba a los tangueros 15 mogras del abuelo
Que era el capo de la calle Tomás de Anchorena,
La del chofi, de la mala, de la buena,
Toman todos perinola mortal
Paranoica fierita te cargabas una cantidad
Se encontró con los tangueros, unas perras, un tumbero,
Dos modernos que fumaban mucho crack, y un pirómano bombero,
Todo en un pequeño agujero que decía le gustaba incendiar
Pero que era tan, tan bueno que siempre apagaba
El fuego que tenía la ilusión de crear
Un planeta imaginario para amar y hacer el daño
Donde no esté prohibido desear
Buenos Aires igualito que en los tiempos de Roberto Arlt

Él sabía que guardaban la mandanga en una media,
En la viola, en el ropero o en el sucio bandoneón
Los tangueros eran viejos muy dementes, muy despiertos
Si podían no pagar, les resultaba mejor
Y nunca tomaban mucho, les vendían a los giles
Para que se den coraje, fuerza, coraje y valor
Paranoica fierita: miserables mercachifles,
Esto ya parece un chiste
O me pagan o les hundo uno a uno el cañón.

Narrador: se llevó toda la merca, al tumbero lo hizo socio
Y el abuelo así un buen día lo recompensó,
Le dio flores, caballito hasta el parque Rivadavia,
Le dio un súper porcentaje y una gran comisión,
Que no hiciera mucho ruido, que no fuera presumido,
Guarda con los de la noche, guarda con el rock and roll,
Los consejos le sirvieron, fue ganando su respeto
Y fue clásico y astuto con la tradición
Y así se cargó al abuelo, se quedó con todo y no desanimó.

Paranoica fierita iba armado hasta los dientes,
Pero ahora, treinta años después
Lo eligieron empresario metalúrgico del año,
Los muchachos se lo quieren comer,
El tumbero ya no es socio, le vigila los negocios
Y le lleva chicos del comedor popular y solidario por la Patria
Y en el baño les ofrece sueldo alto y pasión
Le gustaba el rubiecito de ojos verdes
Paranoica fierita: ese es un bombón
Narrador: le decían el polaco y por un par de morlacos
Cocinaba guiso en el comedor,
Que no era ningún boludo
Registró todo en un walkman,
Sus gemidos y los de su patrón, las promesas de los viajes,
Matrimonio en Filipinas, los pedidos de la ropa interior,
El tumbero lo sabía, el polaco era su Otelo
Y él su Yago para hacerle el favor,
Paranoica fierita, Juan Lewinsky se te enamoró.
https://www.youtube.com/watch?v=XzuJKYm4qFg