martes, 2 de diciembre de 2014

Los caminos de Tony Medina

Por: Harold Cárdenas Lema (haroldcardenaslema@gmail.com

Los tiempos han cambiado mucho, la emigración no es lo que era antes y el derecho individual a decidir otro rumbo solo es cuestionado por unos pocos fanáticos anclados al pasado. La cuestión es que no importa solo el hecho de emigrar sino también la forma y los métodos utilizados para ello. Recientemente uno de los periodistas más emblemáticos de Matanzas llegó a Estados Unidos y apareció en la TV local haciendo comentarios políticos, hagamos entonces una reflexión sobre los caminos de Tony Medina y la circunstancia de un país.

A Tony lo conocí muy superficialmente como para hacer juicios de carácter, en las pocas conversaciones que tuvimos me pareció un excelente profesional y fui testigo de sus clases de locución. Me consta que tiene muchos amigos en el gremio periodístico y goza de reputación en la ciudad, incluso supe que fue secretario del Partido Comunista en su centro de trabajo hasta no hace mucho. Cuando escuché que se había marchado al norte (donde están tantos de mis amigos) no me sorprendió demasiado, pero ver con mis ojos su participación en el programa de María Elvira Salazar fue doloroso.

Tony dice que está en Estados Unidos porque él también tiene derecho a soñar. Yo lo hubiera apoyado en su decisión de irse porque es legítima, pero hacerlo apoyando a sectores que son cómplices del bloqueo a Cuba no me parece un acto de patriotismo sino de priorizar intereses personales sobre los de 11 millones de cubanos que vivimos acá. Esa es mi opinión, pero en todo caso es cuestión de decisiones personales en la vida de un hombre que ya ha trabajado mucho en Cuba. Si tuviera que hacer un balance no perdería tiempo en criticar su partida sino en transformar las razones que mueven a los profesionales a hacerlo.

Hay cosas que dijo Medina en ese programa televisivo que comparto totalmente. La verticalidad de unos medios que pecan de ser políticamente correctos hasta el ridículo, son una herencia de nuestro pasado sovietizado y el modelo de prensa que todavía nos cuesta transformar. Otras opiniones en cambio me parecieron concesiones al programa y la agenda que promueve contra el gobierno de la isla. En todo caso lo vi como uno de los invitados en ese show que más resistencia ha hecho a la tentación victimista cuando se trata de Cuba. Los comentarios de María Elvira, tendenciosos en extremo, son ejemplo de un periodismo fácil que tampoco sería solución a los problemas actuales que tiene nuestra prensa.

En Cuba queda su familia, un hijo que es periodista en Matanzas y una hija estudiando periodismo en La Habana. Alguien cometió el desafortunado error de reaccionar en Facebook y adjetivar la decisión de Tony, su hijo reaccionó como haría yo o cualquier otro, con dignidad y defendiendo al padre. No se puede olvidar que deja una familia que ahora debe estar en una situación difícil, en esta sociedad cuando te cuelgan el cartel de "incómodo" esto alcanza también a quienes te rodean, las puertas se cierran mientras las miradas y las conversaciones a tus espaldas comienzan.

Pese a todo lo que podamos criticarle con razón a nuestro país y la gestión gubernamental, en última instancia sigue siendo una nación grande. Ya he visto historias así antes, el padre se hace una vida en el extranjero con hijos que han estudiado periodismo gratuitamente en universidades cubanas. No son pocos los que hacen un periodismo crítico del gobierno cubano en el sur de la Florida pero salieron de familias humildes que en otro lugar no tuvieran la oportunidad de llegar ahí. En esta situación las responsabilidades son compartidas, entre los gobiernos de ambas orillas y las decisiones duras que le toca tomar a una persona en la vida.

En Cuba se acostumbra demasiado atacar a las personas cuando se anuncia temporada de caza con alguien, entonces surgen los superrevolucionarios a decir que siempre lo supieron aunque la semana antes estuvieran estrechando manos. Cuando me tocó ser testigo de ello vi actitudes bochornosas disfrazadas de moral revolucionaria, no dudo que alguien aproveche la ocasión para pretenderse Nostradamus o gritar más alto que nadie los defectos de quien fuera hasta hace poco el mejor locutor de Matanzas.

El protagonista en esta historia no es Tony Medina, sino una política macarthista que te da la posibilidad de vivir en Estados Unidos a cambio de declaraciones políticas que la sostengan. Los caminos de Tony pudieron ser muchos pero decidió tomar uno más al norte, en lo personal espero que le vaya bien. Cuente con mi apoyo en su decisión siempre que no sea a expensas de los que quedamos atrás, siempre que no se sume a las filas de personas como María Elvira y los que viven de hacer un periodismo que hace incluso más concesiones que el cubano.  Ahora solo queda esperar decisiones futuras.

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