martes, 9 de diciembre de 2014

Benicio del Toro, del Che a Pablo a Escobar

Exjugador de baloncesto, pintor extraviado, visceral intérprete, el reconocido actor boricua Benicio del Toro se dejó la piel en el Che y recientemente repitió el empeño al encarnar al narcotraficante Pablo Escobar.

Con su gran fuerza interpretativa y su arrolladora presencia, del Toro se ha convertido en el gran actor latinoamericano de Hollywood. Criado en Estados Unidos, aunque nacido en Puerto Rico, es un actor con uno de esos rostros que acaban haciendo de villano en uno y otro filme. Sin embargo, su capacidad interpretativa y su buen ojo a la hora de elegir papeles han logrado que tenga una carrera plagada de grandes interpretaciones.

Ha demostrado que se le dan bien los biopic. El último que ha realizado es Escobar, paraíso perdido, de Andrea di Stefano, una suerte de retrato del narcotraficante colombiano Pablo Escobar. El actor afirma que no quiere especializarse en interpretar a grandes personajes latinoamericanos, pero que esta historia le interesó por su planteamiento familiar y cercano del capo.

Dueño de una mirada impactante, enigmática y profunda, dejaba entrever debajo de una gorra deportiva su cabello entrecano propio de los 47 años. La barba, las patillas y su  gruesa manilla de plata le acompañan desde hace rato.  Entre humo de cigarro y frases en spanglish transcurrió su conversación con OnCuba.

¿Cómo recibe este Coral de Honor?

Es un honor en verdad mas si miras mi carrera que tan relacionada con Cuba ha estado. El personaje que más me ha marcado sin dudas es el del Che, que construí precisamente aquí. Son inmensos los lazos que me unen al cine cubano. Cuando uno recibe un reconocimiento de un país como este en que hay tanto talento, gente que admiro tanto delante como detrás de las cámaras, tierra de actores como Luis Alberto García, Laura de la Uz, Jorge Perugorría y Vladimir Cruz, la satisfacción es inmensa. Además de la alegría que provoca, también el premio te hace conectarte y poner los pies en la tierra. Es un gran reconocimiento porque este es el festival de cine más importante de Latinoamérica. De verdad que aún estoy sin palabras.

¿Por qué lo marcó tanto interpretar al Che?

Fue un trabajo muy arriesgado porque no sólo es la historia de una persona, sino la de un país y un continente. Cuando uno interpreta a un personaje real, la disciplina es más rígida a la hora de tomar decisiones. Se debe ir mucho más preparado. Se tiene que investigar más, tienes que leer todo lo que llegue a tus manos, porque no te lo puedes inventar. Yo traté de no inventarme nada, aunque a veces no tuve más remedio que hacerlo. Cuando haces un personaje que no está basado en la realidad puedes improvisar. Con el Che no es posible. Para documentarme vi muchas imágenes, pero lo más importante fue leer lo que él escribió. Me impactó mucho su esfuerzo, la energía con la que actuó. Como ser humano tenía una fuerza, una determinación tan poderosa y tan viva. No sólo creía en sus ideas y las defendía, sino que actuaba en consecuencia. Era una persona que hacía lo que creía. Era tremendamente consecuente, lo que es admirable.

¿Qué personajes prefiere interpretar?

Los personajes contra marea son  los más fascinantes.

¿Cuánto descubrió de Pablo Escobar con esta interpretación?

Es una película, un largometraje de ficción, no un documental ni una película sobre su vida.  El es gran parte del filme pero la película no es solo sobre su vida como otras películas sobre personajes de carne y hueso que he hecho anteriormente, como la del Che que sí era sobre él. Este filme tiene diversos puntos de vista pero se mantiene la verdad sobre quien fue en realidad Pablo Escobar. Escobar fue un gran organizador, un talento fulminante que  cogió por la calle equivocada. Al coger el camino incorrecto lo que causa es más mal que bien. Lo estudié bastante, leí sobre él lo más que pude para  adentrarme en su piel y poder darle vida. Básicamente creo que muestra sus dos caras. Escobar fue un Robin Hood para muchos y para la gran mayoría un maleante.  Él creó un imperio que puso a un país entero de rodillas, fue como el Joker en un cuento de Batman.

¿Qué significa ser un actor latino en Hollywood?

Es ser parte de la minoría. Yo soy minoría en Hollywood. Ser latino en Estados Unidos siempre es complicado. Yo nunca miro para abajo, si me caigo no miro. Es todo un reto que  a golpe de mucho trabajo asumo cada día.

Ha obtenido diversos reconocimientos en su trayectoria y ha desempeñado significativos roles, ¿satisfecho?

Creo que he hecho buenos trabajos. Pero aún tengo mucho por hacer. Principalmente pienso que el tren llegó cuando yo estaba allí, esperando con mi maleta. Tuve suerte,  me subí y aún no me bajo.

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